La obra audiovisual Exilios, forma parte del proyecto artístico Exilios: Entre fuga y origen. La pieza habla sobre la pérdida del sentido en un complejo modo de in-habitar, donde se difuminan las fronteras entre lo familiar y lo extraño, produciendo desamparo, enajenación y ambigüedad, que representan el conflicto en nuestra noción postmoderna del lugar. Se crea un escenario extraño y fantasmal, a la vez que perturbador, trasladando al espectador a un espacio real, para transportarlo más tarde a una no-realidad dibujada, provocada por la alienación del sujeto y su no-permanencia a ningún lugar.
Como metáfora y punto de partida se ha utilizado la ciudad como un complejo fenómeno cultural y un modo poético de contemplar el espacio como contenedor de la memoria.
En ese sentido se ha representado una particular interacción con el entorno urbano. En la obra, la ciudad se percibe como si fuera una zona amenazadora, extraída de una pesadilla, un lugar a veces ajeno y hostil, donde el personaje desprotegido en su desnudez, busca y revela un nuevo sentido del espacio urbano, a la vez que está configurado por él.
La protagonista es un ser alienado que vive dramáticamente el exilio, el contraste entre el propio mundo íntimo y privado y la ciudad… en un inútil intento de hacerse con el entorno urbano, de integrarse en él. En su sueño/pesadilla, ella intenta familiarizarse, apropiarse, integrarse en el espacio, hacer de él su “hogar”, para no sentir esa enajenación y vacío, aun sabiendo desde el principio que ese intento siempre estará abocado al naufragio.
Se ha creado un universo flotante, situado en un lugar de ensueño en el que la desnudez y el ambiente extraño y onírico no dotan al personaje de una identidad fija, dibujando así, una imagen universal del ser humano, situado en una atemporalidad. Todo cobra un aire fantasmal, convirtiéndose en una irrealidad con la que se perciben las cosas y las personas que nos rodean…