EXILIOS. Entre fuga y origen… 2009´

Dibujo e impresión digital. Díptico, 200x70cm.

EXILIOS: ENTRE FUGA Y ORIGEN. . .

En la era posmoderna, sentirse “fuera” del “espacio vital” en el que habitan otros, aumenta la sensación de extrañeza y desconcierto, característico para nuestros tiempos.

Mi interés en ésta investigación plástica se centra sobre el «sujeto desplazado», reflexionando sobre la relación significativa entre la experiencia personal y la historia colectiva de la que forma parte.
Como metáfora y punto de partida del proyecto artístico se ha elegido un lugar que recoja éstas ideas – LA PLAZA – vista como un elemento orgánico, donde se cruzan flujos vitales que dibujan para después desdibujar, los nudos de vínculos afectivos creados o inventados. LA PLAZA, en los planteamientos plásticos adoptados, es un continente de la memoria. El trabajo intenta plasmar una metáfora del transeúnte, del cosmopolita que se siente vinculado a lugares diferentes, donde en un caminar imparable, casi alienado, busca y configura un nuevo sentido del espacio adoptivo, arrastrando la propia memoria, incluso inconscientemente. Con éste trabajo intento mostrar mi propio universo metafórico, «extraterritorial”, donde la extrañeza es una sensación que interpreto como un desconcierto en el cuál la identidad parece diluirse dentro de un espacio fluido, en una ilusión de impermanencia. El cuerpo se desintegra en una metáfora “nómada” representada mediante la presencia de los pájaros, los eternos viajeros, los “habitantes – homeless” de la plaza, el lugar escogido que dio inicio al trabajo. Es como una alusión al destierro, una reflexión sobre lo “propio” (self) y lo “extraño” (non-self), en una vivencia de desamparo, de pérdida del sentido, dentro de un conflicto social, muy propio para el contexto contemporáneo. Con eso se ha pretendido construir un relato a partir de la idea de una personalidad andariega, deambulante y los problemas “territoriales” o de “desterritorialización” derivados de ello. Se ha creado un universo flotante, situado en un lugar de ensueño en el que la desnudez y el ambiente extraño y onírico no dotan a los personajes de una identidad fija, dibujando así, una imagen universal del ser humano, situado en una atemporalidad. Todo cobra un aire fantasmal, convirtiéndose en una irrealidad con la que se perciben las cosas y las personas que nos rodean. Es esa enajenación que niega la realidad al mundo, que ha conducido mi investigación. Es la extraña alienación que me ha hecho reflexionar sobre esa sensación común, no solo entre los inmigrantes, emigrantes, nómadas, artistas, etc., pero también típica entre algunas personas bien arraigadas, pero tremendamente inquietas. Mi investigación sobre la memoria, el extrañamiento, el desarraigo, a través de ésta serie de metáforas, es un intento poético de reconstruir la propia identidad, inventando una cosmología íntima.
D. V. S.

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